Mtro. Antonio Carrillo Vilches
Rector de la Universidad de las Californias Internaiconal
En este noviembre, cuando las hojas caen y el viento nos recuerda la fugacidad del tiempo, queremos invitarlos a todos a realizar una pausa en medio de las ocupaciones laborales, académicas y estudiantiles y sumergirse en la reflexión. Este es un llamado a explorar los valores que dan forma a nuestra identidad y personalidad, fundamentales para el crecimiento y desarrollo personal.
La vida universitaria a menudo nos sumerge en una vorágine de responsabilidades y desafíos, pero es crucial recordar que la esencia de lo que somos se moldea en los valores que abrazamos. La integridad, la empatía, la perseverancia y la solidaridad son pilares que nos definen como personas en comunidad. En este mes, deseamos que cada uno de nosotros se detenga un momento para reflexionar sobre cómo estos valores han guiado nuestro camino hasta ahora y cómo podemos fortalecerlos el día de mañana. Más allá de las aulas y exámenes, este es un recordatorio de que la vida es un regalo precioso que merece ser apreciado. Nuestros ancestros, con su amor y dedicación, sembraron las semillas que nos trajeron a este momento. Es tiempo de agradecer por la vida que fluye en nuestras venas, por la oportunidad de aprender, crecer y contribuir al mundo que nos rodea.
Noviembre, ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la salud, tanto física como mental. El ejercicio y la actividad física no solo mantienen nuestro cuerpo en forma, sino que también oxigenan nuestra mente, permitiéndonos pensar con claridad y enfrentar los desafíos con una perspectiva positiva.
La vida es frágil, y cada quien tiene la responsabilidad de cuidar de sí mismo y de aquellos que nos rodean. Recordemos que nuestras acciones diarias, pequeñas o grandes, contribuyen a nuestro bienestar a largo plazo. A medida que nos esforzamos por mantener un estilo de vida saludable, también creamos un entorno propicio para la felicidad en toda su expresión.
Esta época otoño-invernal, a veces evoca sentimientos de melancolía y nostalgia. Pero recordemos que incluso en medio de las estaciones más sombrías, una sonrisa tiene el poder de iluminar nuestro entorno. La gratitud es la llave que puede cambiar el rumbo de nuestra perspectiva. Agradezcamos el presente, las oportunidades que se nos presentan y, sobre todo, la vida misma. Honremos también a aquellos que ya no están con nosotros. A través de la gratitud, rendimos homenaje y mantenemos viva su memoria. Agradecer para ser y estar es más que una expresión de cortesía; es un recordatorio profundo de que cada día es una oportunidad para vivir plenamente y hacer una diferencia en el mundo que compartimos. Así que, querida comunidad universitaria, en este noviembre, hagamos reflexión, y agradezcamos. Recordemos que la vida es un regalo extraordinario, y cada día es una oportunidad para dar lo mejor de nosotros mismos.
Transformación, renovación y gratitud; sonrisas que iluminan nuestro camino.
La llama de la sabiduría siempre vive
Antonio Carrillo Vilches.
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