Brazo robótico funcional
- UDCI al Día

- 14 nov
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Los brazos robóticos han sido ampliamente utilizados en la industria para ejecutar tareas repetitivas, de alta precisión o que requieren fuerza constante, como el ensamblaje, la soldadura o el manejo de materiales. Sin embargo, en años recientes también se han adaptado con fines educativos, sirviendo como herramientas clave para la enseñanza de electrónica, sistemas de control y algoritmos de inteligencia artificial.Existen diversas técnicas de control que son aplicadas a los brazos robóticos tal como PID, la lógica difusa, adaptativos autoajustables, entre otros. Su análisis y diseño requiere del modelo matemático que describe la dinámica de la planta y puede ser obtenido por diferentes métodos (Rodríguez, 2024).Actualmente, la robótica ha superado su aplicación exclusivamente industrial para convertirse en una plataforma con fines educativos y recreativos. No obstante, lograr una integración eficaz entre hardware, visión computacional y toma de decisiones continúa siendo un reto, especialmente en contextos que demandan precisión física y capacidad de respuesta en tiempo real.
Actualmente estoy cursando mi último cuatrimestre y me enfrento al desafío de desarrollar un brazo robótico capaz de participar activamente en una partida de juego del “gato”, realizando marcas sobre un tablero físico con una pluma de manera autónoma, precisa y acorde con el desarrollo del juego.
Para lograr que un robot, realice una tarea lo más precisa posible se requiere de varios elementos: los actuadores encargados de generar la fuerza para darle movimiento a las piezas mecánicas del manipulador, sensores que permiten medir las características del mundo que rodea al robot, modelos cinemáticos para evaluar la posición y orientación del extremo, generadores de trayectorias que incluyen los valores de posición, velocidad, tiempo invertido, tipo de trayectoria, etc. fijados por el usuario, el tipo de control implementado que puede ser PID, adaptativo, predictivo, par calculado, entre otros. (Milanés, 2016).
Por: Ángel Alexa Uribe Espinoza
Egresada Tecnología en Sistemas Inteligentes UDCI







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