El estudiante como evaluador educativo

“El mejor profesor es aquel que sugiere más que impone, y que da a sus alumnos la libertad de crecer en su propia dirección”

Albert Einstein

Como estudiante de Ciencias de la Educación, considero que evaluar a los docentes universitarios es una parte esencial de una formación profesional de calidad. No se trata de juzgar, sino de reconocer que enseñar implica una responsabilidad que requiere revisión y acompañamiento constante.

La evaluación no es una falta de respeto; por el contrario, demuestra que tomamos en serio lo que aprendemos y cómo lo hacemos. En el aula, el compromiso no recae únicamente en quien enseña ni solo en quien aprende: es mutuo.

La formación universitaria funciona cuando ambos actores se asumen como partes activas de un mismo proceso, con expectativas claras, objetivos compartidos y disposición para mejorar. Por eso, la evaluación no debería verse como una forma de control, sino como una herramienta para fortalecer el vínculo académico basado en la responsabilidad recíproca.

Es por eso que la evaluación docente debe entenderse como un mecanismo orientado a garantizar la mejora continua de la calidad educativa. Su propósito no es emitir juicios, sino generar información útil que permita fortalecer las prácticas pedagógicas, consolidar los vínculos académicos y promover entornos de aprendizaje más efectivos.

Por: Diego Quiñonez Osuna

Alumno de Ciencias de la Educación UDCI