Reconocer el estrés en niños y adolescentes

Tal como sucede con los adultos, los niños y adolescentes pueden experimentar estrés. La fuente de ese estrés puede ser tener un buen desempeño escolar, conservar las relaciones de amistad, cumplir las expectativas de sus padres y maestros, entre otros. No obstante, muchos adultos no son capaces de identificar cuando los niños o adolescentes están experimentando situaciones estresantes. 

Poner atención en los cambios de conducta negativos. Los cambios más comunes son actuar de manera irritable, dejar de hacer actividades que le causaban placer, quejarse más de lo normal sobre las actividades escolares, llorar, mostrar reacciones temerosas de manera sorpresiva, dormir demasiado o muy poco, así como comer mucho o muy poco. 

En el caso de los adolescentes el pasar bastante tiempo y confiar en sus pares es parte normal dentro de su desarrollo, algunas de las conductas a tener en cuenta como factores estresantes son evitar de manera significativa a los padres, distanciarse de amistades de mucho tiempo y asociarse con nuevas o expresar una hostilidad excesiva hacia los miembros de la familia. En sí, las conductas negativas no se relacionan con el estrés, sin embargo, pueden considerarse un indicativo de que algo no está bien.  

Atender que “sentirse mal” puede ser causado por estrés. El estrés puede asemejarse a síntomas físicos como el dolor de estómago o de cabeza. Cuando un niño/adolescente se queja de manera constante o frecuente por estos síntomas y no hay antecedente médico que pueda explicar el malestar o si aparecen en ciertas situaciones, es posible que esté experimentando estrés.

Buscar ayuda. Si los padres de niños/adolescentes no saben cómo atender las situaciones abrumadoras por las que puedan estar pasando sus hijos/as, siempre es recomendable buscar ayuda de un profesional de la salud mental para que le asesore. 

Por Mtro. Diego René Soria Pérez

Coordinador de posgrados